El precio del combustible para calefacción no para de crecer, y esto, unido a lo contaminación que generan los sistemas de calefacción convencionales, a partir de gas, electricidad o gasoil, han provocado que muchas personas, hayan decidido prescindir de los mismos y sustituirlos por otros que empleen energías más limpias y baratas, como la biomasa, por ejemplo. Muchas viviendas unifamiliares ya se han adaptado. Y es que la energía verde, a partir de restos vegetales, como los pellés o los huesos de aceituna, está siendo cada vez más demandado, por un consumidor cada vez más consciente de la necesidad de frenar las emisiones de CO2 y otros gases contaminantes al medioambiente, que son las responsables del calentamiento global y del cambio climático.
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