Desde la infancia se necesita trabajar en equipo para la resolución de problemas o situaciones, los juegos grupales son fundamentales para la socialización de los niños a lo largo de la vida, trabajar en equipo se mantiene siendo una constante.
Cuando hablamos de trabajos en equipo hay muchas maneras de hacerlo, a veces se puede elegir el grupo en el que se desea estar, pero no siempre ese el caso. Si por el contrario, el grupo es impuesto, la situación se hace un poco más compleja. Lo primordial es aprender a trabajar en equipo de una forma que eso no signifique una experiencia traumática.
Porqué si, trabajar en equipo es difícil sobre todo cuando los miembros son desconocidos, como cuando se arma a dedo un grupo para un proyecto escolar o laboral. Compaginar las personalidades de todos esos individuos, las maneras de trabajar, sus propios intereses, horarios, es complejo y por lo general no es nada fácil.
Sin embargo, hay algunas maneras de hacer que los grupos de trabajo comiencen a engranar sus piezas y mejorar las relaciones personales entre los miembros es una de ellas. Por ello hemos contactado con Timenet, especialistas en sistemas de control del horario laboral, quienes nos explican las mejores estrategias para ayudar a los equipos de trabajo a funcionar mejor.
¿Cómo formar un grupo de trabajo?
Uno de los graves errores que se comete a la hora de la formación de un grupo es el de imponer a los participantes sin entender que los miembros no solo tendrán que compartir responsabilidades, sino que deben hacerlo de golpe y sin comprender por qué fueron elegidos para ese equipo específicamente.
Por ello, la primera recomendación es que cuando se deba formar un grupo de trabajo de personas desconocidas, se trabaje en primer lugar en la comodidad de los miembros, que tengan algo de tiempo para compartir previo al inicio del trabajo, de manera que al empezar ya sepan cómo relacionarse; de lo contrario pueden comenzar los problemas de comunicación desde el primer momento.
Lo primero que debemos entender que los equipos de trabajo pasan por diferentes etapas a lo largo de su unión, estas son:
- Formación
Este punto inicial es donde los individuos se convierten en un equipo que debe sacar adelante un proyecto y comienzan a entablar vínculos laborales y con suerte, personales. En esta fase, el líder debe tratar de facilitar las relaciones en el equipo de trabajo, intentando que se creen lazos positivos entre los integrantes, y establecer al mismo tiempo las pautas de conducta y resultados esperados.
En esta etapa lo ideal es que el líder explique por qué cree que juntos pueden ser un buen equipo y que le explique a los miembros cuales son las cualidades que vio en cada uno de ellos para que fueran los elegidos para encarar esas tareas.
- Poder o posicionamiento
Durante los primeros encuentros de los miembros como equipo, prevalecer la prudencia y el buen ambiente, pasado el tiempo de adaptación inicial los trabajadores comienzan a reflejar sus personalidades, lo que puede tener como resultado roces entre los miembros del equipo de trabajo y subgrupos.
En este punto, el líder responsable tendrá que desarrollar estrategias y actividades que contribuyan a mantener un clima positivo, el respeto y la confianza entre los integrantes.
2. Normalización
Solventados los problemas interpersonales de la fase anterior, el equipo tendrá un momento de tranquilidad y eficiencia, donde todos los implicados conocen cuál es su papel y su misión, lo que los lleva a obtener mejores resultados a nivel global, pero también a nivel individual, lo que hace que en el equipo exista una sensación no solamente de trabajo colectivo bien hecho, sino de valorar el trabajo propio y el del otro.
3. Madurez
En este punto, el equipo ya está consolidado y sabe cómo trabajar, lo que permite que las relaciones personales y laborales se encaminen hacia una retroalimentación de capacidades y habilidades que redundará en los éxitos conjuntos, pues ya no se trata solamente de lograr las metas del proyecto inicial, sino que ahora que valoran el trabajo del otro, busca de acercarse para aprender de ellos y mejorar sus propias capacidades. Es el estado ideal para cualquier equipo, aunque no todos consiguen alcanzar este nivel de compenetración.
4. Desarticulación
Cuando hablamos de proyectos con una duración establecida, ya se sabe cuando el equipo se debe separar para encarar nuevos trabajos, sin embargo llega un momento en el que un grupo consolidado, que aprendió a ejecutar las acciones de forma engranada y que simplificó procedimientos, pierde el interés y atención en el proyecto, pues este es uno que camina solo; si esto ocurre el líder debe lograr que el equipo vuelva a interesarse por el proyecto, buscando mejorar las metas ya alcanzadas.
Si se logra alcanzar el nivel en el que los miembros del equipo se compenetran tanto como para admirar y valorar el trabajo del otro, sus relaciones personales por lo general son mucho más fuertes y pueden convertirse en buenos amigos o en un equipo de trabajo que siempre obtenga buenos resultados.
¿Qué hacer cómo líder para mejorar las relaciones del equipo de trabajo?
El trabajo del líder de un equipo no suele ser el más fácil, ya que como comentamos antes, es el responsable no solamente de supervisar que las tareas se lleven a cabo, sino que el equipo trabaje de una forma armónica para alcanzar ese funcionamiento grupal, compartiremos algunos consejos que pueden ayudar:
Una cosa es oír y otra escuchar, en todos los aspectos de la vida escuchar de forma activa, hace una gran diferencia en las relaciones personales y las laborales, ya que muestra disponibilidad para escuchar a tus compañeros.
Hay momentos en los que la opinión de los compañeros de trabajo es necesaria, ya sea para mejorar algún procedimiento, para solventar algún problema o simplemente para que la persona pueda desahogarse.
Un buen líder sabe escuchar a sus compañeros, y no sólo escucha, sino que implementa las sugerencias y recomendaciones que permitan mejorar los resultados finales del equipo, pues el éxito de un proyecto no es individual, así como tampoco lo es el fracaso, en un equipo las responsabilidades son compartidas, incluyendo al líder del mismo.
- Mantener una comunicación constante
La comunicación es fundamental dentro de cualquier equipo de trabajo, y el líder debe educar con el ejemplo. Si un líder no se comunica de forma frecuente con su grupo, no puede esperar que la comunicación entre ellos sea la ideal para llevar un proyecto a feliz término.
La comunicación debe ser bilateral, tanto el líder como los miembros del equipo deben compartir opiniones, conocer el estatus de las tareas, los éxitos y los fracasos de cada fase del proyecto, pues de esta manera se potencian las relaciones personales.
En este punto es importante recalcar que todos los miembros del equipo deben comunicarse siempre desde el respeto y la tolerancia, pues esta es la mejor forma de mantener una dinámica de trabajo positiva.
- El éxito es de todos, no sólo del líder
Cuando un proyecto o una tarea es bien realizada, el mérito no es del líder, pues es imposible que él pueda haberlo hecho todo solo, de poder hacerlo, no hubiese necesitado de un equipo en primer lugar.
Por lo que como líder, se debe aplaudir el trabajo de todos los miembros del equipo y valorar la dedicación, compromiso y entrega, pues el éxito es de todos, no únicamente del líder. El mismo principio aplica cuando el proyecto no alcanza las metas establecidas, el “fracaso” es responsabilidad de todos, por lo que no es correcto que un líder culpe a los demás de las fallas.
- Actitud positiva ante las dificultades
La actitud con la que se asume cada día de trabajo es determinante para el éxito de las relaciones con el equipo. Mostrarse amable e interesado por las inquietudes de los demás ayuda a acercar a las personas y a mejorar el ambiente en el equipo.
Como líder la actitud es fundamental para que los miembros del equipo se sientan cómodos para plantear problemas o soluciones. Esto no significa que las emociones negativas no sean aceptadas, la frustración, el estrés o las ganas de terminar el proyecto son completamente válidas, lo importante siempre es intentar ver estos momentos con unos ojos más amables.
Como podemos ver, conseguir que un equipo de trabajo tenga buenas relaciones personales, que repercutan positivamente en las relaciones laborales, sólo necesita que los miembros del mismo entiendan que uniendo sus esfuerzos, talentos y habilidades, tienen mejores oportunidades de alcanzar las metas que se tracen.
Tomar en cuenta los aspectos que mencionamos antes, puede ser una forma de lograr que las relaciones personales dentro de un equipo de trabajo sean mejores y de esta manera, que el grupo tenga mejores resultados a nivel general, pero también a nivel personal, ya que todo lo aprendido, sean buenas o malas experiencias, durante su paso por el grupo lo ayudará a afrontar de una manera más amable las próximas tareas a realizar bajo el trabajo en equipo