Habitualmente el tiempo en el que se tarda en preparar un buen discurso que parezca “improvisado” puede ser de tres semanas. En ocasiones tenemos que convencer a un comercial o la empresa de algún producto nuevo o alguna mejora en diferentes temas. El discurso a la empresa es un arma para la mejora, pero por supuesto, la principal premisa es que no aburra. De ahí que sea muy importante lo que se diga.
Para plasmar convencimiento en un discurso podemos optar por dos pilares que son básicos, hablar moderadamente rápido y respetar pausas. Desde ahí podemos ir mejorando el contacto con nuestro público con simples pero efectivos gestos. Pero sin duda, lo más importante será qué digamos. Y muchas veces no encontramos las palabras o simplemente no tenemos tiempo para hacer un discurso que responda a lo que necesitamos.
De ahí que me parece de gran importancia que las empresas conozcan que hay otro tipo de empresas que elaboran discursos y mensajes para poder lograr la aceptación del público. Un discurso que empiece con una frase tan manida como “tengo un sueño…”, la ya celebra cita de Martin Luther King, puede acabar en craso error. Y es que las citas inspiradoras son un buen recurso pero no abusemos ya que pueden manchar de visceral el discurso.
Por eso recomiendo que cuando se tenga un discurso que decir se deje en manos de Escritor por Encargo, que llevan al papel cualquier cosa que pueda ser expresada con palabras, sin ningún tipo de limitación, ahí radica el poder del lenguaje. Muchas veces tienes una idea que te ronda la cabeza y no sabes cómo expresarla. Pues ellos, sí lo saben. Y es que hablar en público genera desasosiego en cualquier ser humano, por eso, para calmar tus nervios, ellos crean la disertación que se adecúe más a tu carácter y al evento en que debes participar.
Ya que ellos saben que no es lo mismo hablar para un congreso de tu mismo gremio que hacerlo para, por ejemplo, tus jefes. Un ejemplo de ello son los políticos, ya que, en numerosas ocasiones usan una misma palabra para reforzar su argumento. Este truco es peligroso porque, al terminar el discurso, da la sensación de que sólo hemos oído una palabra. La verdad es que los políticos se lo tendrían que hacer mirar, porque hemos pasado de grandes discursos políticos a ver al líder socialista (o lo que sea ya) Pedro Sánchez en el Sálvame.
En el día de tu boda
La verdad es que este tipo de escritores fantasmas vienen muy bien para ese tipo de gente que no sabe trasmitir con palabras lo que tienen en la cabeza. No es su única forma de trabajar. También dan forma a cualquier historia que hayas podido imaginar. Redactan obras literarias de cualquier temática, son escritores de artículos. Escriben crónicas y ensayos de cualquier índole y para cualquier nivel. E incluso, están contigo en uno de los momentos más importantes de tu vida: la boda. Hay tantos nervios que es comprensible que no encuentres las palabras adecuadas o que no consigas expresar todo lo que sientes; pues ellos te las dicen para que quedes bien con tu futura esposa y todos los invitados.
Así pues, es mejor tener preparado un discurso con anticipación que estar improvisando las palabras en ese momento. Y no te digo nada si te toca hablar en una cena de Navidad. Pero eso ya es otra historia.