Con la que está cayendo, que algunos vayan a comprar sus muebles en grandes superficies extranjeras teniendo aquí en España empresas y tiendas de muebles estupendas y a unos precios de lo más económico como las de Dismobel, con tiendas físicas en Villaviciosa de Odón (Madrid) y en Santa Cruz de Retamar (Toledo), así como una tienda online (¡con más de 10.000 productos!), pues la verdad es que no lo entiendo. Parece ser que ningún tonto apedrea a su tejado ¡salvo nosotros! A ver… ¿por qué?
Mis padres de toda la vida compraron sus electrodomésticos, televisores, bicicletas, motos, productos de todo tipo, etc., pero también la alimentación y la bebida, en los comercios de proximidad porque decían que si surgía algún problema, una avería o cualquier otra cosa, pues tenían a todos estos profesionales a un paso y el trato era directo y auténtico, a diferencia del que puedes tener con los representantes de las grandes cadenas. En efecto, ellos a ti no te conocen, con lo cual no les importas. A tu vecino ¡sí! Es su reputación y fama las que pone en juego si te defrauda.
Por mi parte, tanto los muebles de mi casa como los de los despachos de mi oficina (tengo una pequeña empresa de alimentación que vende productos manchegos gourmet a nivel nacional) los compré en esta tienda. El diseño de éstos, moderno o vintage, es muy bonito y elegante, los materiales son de excelente calidad y sostenibles (las maderas provienen de bosques gestionados de manera respetuosa con certificación por organismos independientes). Ello, para un ecologista convencido como yo, ¡es sumamente importante y tiene un gran peso a la hora de mi elección entre una u otra empresa!
Con ello, la empresa que empezó su andadura en el año 1950, en el entorno de una familia cuyos representantes actuales provienen de la cuarta generación, ha sabido evolucionar, desarrollarse y adaptarse de forma harmoniosa a lo largo de todos estos años. ¡No todos son capaces de tal prodigio! El buen hacer de la empresa y satisfacción de los clientes, tienen mucho que ver con este resultado. Ellos sólo ofrecen productos y servicios al mejor precio, gestionando los distintos procesos de forma honesta y comprometida con los clientes. Los plazos de entrega y servicio postventa son respetados ¡El cliente fiel no se equivoca nunca! Yo soy uno de ellos…
Pero no sólo he comprado la totalidad del mobiliario de mi casa y empresa en Dismobel sino también gran parte de la decoración que tengo; como por ejemplo las alfombras, lámparas, cuadros, etc. Y que sepáis que si tenéis que regalar un objeto insólito y original ¡nada mejor que esta tienda! Le regalé a mi primo el año pasado un teléfono saxo de estilo vintage para su sala de estar que le gustó con locura y del que dice causa sensación entre sus invitados. ¡Echadle un vistazo a la página web que tienen y lo comprobaréis!
Insisto y lo vuelvo a repetir: las tiendas Dismobel son un ejemplo del buen hacer español. Bueno, ¡lo dicho! Os dejo que me esperan mi esposa Françoise y unos amigos italianos para ir a cenar al restaurante. Hemos reservado mesa en una taberna griega que acaba de abrir de la que hablan maravillas. Auf wiedersehen !