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Gestión laboral en la empresa

Toda empresa que se precie, debe saber gestionar desde dentro y del mejor modo posible los recursos de los que dispone. Como si de un engranaje se tratara, todos los empleados deben ejercer sus funciones de la forma adecuada para que la rueda gire. Para que esto sea así, los recursos humanos deben contar con una excelente gestión.

Debido a los continuos cambios en las normativas, leyes y registros de que deben ir acatando las empresas, estas tareas se pueden ver afectadas si no existe el departamento competente adecuado. Muchas empresas de reciente creación o pequeñas, no disponen de un departamento de gestión laboral o recursos humanos. En estos casos, todo lo referente a esta gestión, recae en un empleado que tiene además, otras funciones.

Los profesionales de Luygo Asesores recomiendan encarecidamente que se contraten servicios de asesoría laboral para facilitar este tipo de gestiones. Cuando las empresas no cuentan con su correspondiente departamento, las asesorías externas pueden suplir con creces esa carencia.

Independientemente de quien se encargue de la gestión, lo más importante es que haya alguien al frente de la misma. La sobrecarga de trabajo que puede conllevar un departamento que no está bien gestionado, pude desembocar en un mal funcionamiento de la empresa.

Para que seamos conscientes del hecho y la importancia, vamos a detallar todas las gestiones que lleva a cabo el departamento de recursos humanos. Sus funciones y relevancia no pueden pasar desapercibidas, ya que de la gestión que se realice depende el buen funcionamiento de la empresa en su conjunto.

Competencias directas de la gestión laboral

La gestión laboral no solo se encarga de la contratación del personal. Abarca mucho más y sus competencias son numerosas. De ahí, que una deficiente gestión repercuta, no solo en los trabajadores si no en los resultados.

Un departamento de gestión laboral se encarga de la contratación de empleados, evidentemente, tienen que buscarlos, preseleccionarlos y seleccionar a los que más convenga. Aquí entra en juego la búsqueda activa de talentos, las entrevistas y las pruebas de selección que deben llevar a cabo.

Todo lo referente a los contratos de trabajo que se tramiten, su redacción, presentación ante las administraciones, altas, bajas etc.

También corre de su cuenta la elaboración de los planes de onboarding que facilitarán la adaptación de los nuevos empleados. Tienen que procurar que se integren y estén cómodos en su nuevo empleo.

Otra de sus competencias es analizar y valorar la necesidad de formación continua o puntual de los empleados en algunos aspectos. Gestionar esos cursos y ejecutar programas formativos si es necesario.

La contabilidad, nóminas y fiscalidad de cada uno de los empleados deben pasar por este departamento. Son ellos los que se encargan de que cada trabajador reciba su salario correctamente.

En caso de despidos, jubilaciones, ascensos y nuevas incorporaciones, los recursos humanos son encargados de gestionar y tramitar la documentación, contratos y finiquitos si procede.

Son los mediadores entre la empresa y los empleados: en caso de negociaciones, reuniones con sindicatos o los portavoces de las plantillas, el personal de gestión laboral se encarga de asistir en nombre de la empresa.

Evalúan el desempeño de cada trabajador. Llevan a cabo el estudio y diseño de las retribuciones y la política que sobre ellas tenga la empresa.

Deben ser capaces de poner en marcha modelos de incentivos y programas que den beneficios a los trabajadores para motivarles por su trabajo.

Todo lo que sea referente a la tramitación de seguros, planes de pensiones o jubilación. Así como la prevención de riesgos laborales, su evaluación y el tratamiento de las enfermedades profesionales o accidentes laborales. Incluyendo los reconocimientos médicos necesarios según el tipo de empresa.

Son los encargados de asesorar jurídicamente y respecto a la seguridad social a sus empleados y superiores. Prestando y proporcionando toda la información que requiera la plantilla.

Evidentemente, deben estar atentos a las inspecciones de trabajo y presentar toda la documentación sobre los aspectos que venimos reseñando.

Todas estas tareas y alguna más, dependen del departamento de recursos humanos y son ellos los que se encargan directamente del desempeño de la gestión laboral. Aunque según la empresa, algunas de estas funciones pueden ser ejecutadas por otros departamentos o una asesoría externa.

Es obvio que al final, el funcionamiento de la empresa, depende directamente de que todo esté en orden y se ejecute de forma coordinada. La gestión laboral es el nexo que une todos esos puntos.

Consecuencias de una buena gestión

Teniendo en cuenta que el objetivo de la gestión laboral es la consecución de unos objetivos muy concretos, si se lleva a cabo de la forma adecuada, se lograrán sin mayor esfuerzo.

En primer lugar, lo que se pretende conseguir, es una mayor eficiencia. Esto conlleva que no haya exceso de recursos humanos. Si los objetivos de pueden alcanzar trabajando menos horas o con un número inferior de empleados, conviene hacer ajustes. No despilfarrar esos recursos constituye ser eficientes. El exceso de personal puede utilizarse para conseguir objetivos más ambiciosos en lugar de desperdiciarlos.

Otro de sus objetivos es conseguir un desarrollo del potencial humano. Hacer que los empleados aprendan de forma continua, depuren sus errores y sepan desarrollar cada vez más funciones superando objetivos. Para obtener un mejor rendimiento del personal, hay que trazar planes de acción que emparejen a cada empleado con la tarea que mejor desempeñe. Proporcionándoles el material necesario y el equipo de trabajo que mejor se adapte a su desempeño. Crear equipos de trabajo homogéneos en los que todos aporten algo aumenta el rendimiento y la efectividad.

Por último, una buena gestión laboral debe establecer un proceso de retroalimentación entre los diferentes departamentos que existan en la empresa. Con esta acción se pretende dotar a las diferentes áreas de los medios necesarios para realizar su trabajo, del mismo modo que al conocer otros departamentos, pueden responder rápidamente a los requerimientos particulares de cada uno.

El resultado de una buena gestión siempre va a ser favorable a la empresa. Empleados motivados y contentos rinden más. Si los responsables de la gestión escuchan las necesidades de sus trabajadores y son capaces de trasmitir las de la empresa, todo fluirá de manera óptima.

No hay que olvidar que la carga de trabajo en estos departamentos puede ser brutal. Para ello, y por fortuna, la tecnología ayuda a mantener un cierto orden sobre todo ello. Los programas de gestión laboral, son un soporte que agiliza casi todas estas gestiones. De un vistazo se pueden comprobar datos y saber todo lo necesario de los empleados.

Teniendo en cuenta que las bases de una buena gestión son el conocimiento, los datos y la tecnología, la automatización de ciertos procesos, agiliza casi todos los aspectos de la misma.

Con todo esto en la mesa, es fácil entender la importancia que tiene en una empresa que el departamento de recursos humanos sea competente. Igualmente son empleados y parte de un todo que debe funcionar como los engranajes de un reloj. La colaboración entre departamentos, la integración de los trabajadores y una buena comunicación en ambas direcciones, son cruciales.

Ninguna empresa, sea del calibre que sea, debe olvidar que lo principal son los recursos humanos de los que depende. Sin trabajadores, no hay empresa. Los cambios constantes en el mundo laboral influyen irremediablemente en empresarios y trabajadores, por ello, conseguir gestionar bien todos los recursos es la mejor manera de mantenerse a flote.

Tanto si la empresa cuenta con una gran plantilla, como si la forman dos personas, no se puede prescindir de gestionar bien todo lo referente al trabajo de cada uno.

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