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La reparación de motores industriales trae buenas noticias para la industria española

Hay varias claves que nos pueden ayudar a entender por qué un país crece más rápido que otros que se encuentran a su alrededor o por qué tiene más facilidades para hacerlo. Desde luego, resulta evidente que el crecimiento de una nación depende de la situación exterior (si no hay un contexto internacional de crisis económica, mejor que mejor), pero también depende en buena medida de las políticas que adopten los diferentes gobiernos del lugar. De la combinación de todo eso se desprende un ambiente más o menos óptimo para la creación de empresas y puestos de trabajo.

Hay un sector que es especialmente importante en lo que tiene que ver con todo esto. Hablamos, como no podía ser de otra manera, del sector industrial. El mejor ejemplo de cómo la industria puede ser la clave del resurgimiento de un país lo encontramos en Alemania durante dos puntos diferentes del siglo XX: el primero, tras la Primera Guerra Mundial. Los teutones necesitaron poco más de una década para terminar con el hundimiento de la economía que el conflicto había causado. En segunda instancia, Alemania volvió a vivir lo mismo tras la Segunda Guerra Mundial. En apenas unos años, la parte oeste del país se reindustrializó de una manera sobresaliente.

Pero, ¿qué hay de España? La verdad es que, en este país, no prestamos la atención a un sector industrial como la que realmente se merece. Una noticia que fue publicada en el diario El País en octubre de 2019, previa a la pandemia, aseguraba que el sector industrial estaba perdiendo peso hasta el punto de representar solo el 16% del PIB de nuestro país. En el año 2000 suponía el 18’7% y nos estábamos alejando del 20% que marcaba la Unión Europea como objetivo de cara al año 2020. Todo desventajas.

La crisis económica del año 2008 hizo mucho daño en la industria española, un daño del que todavía no nos hemos sobrepuesto del todo. Es lo que viene a decirnos un estudio realizado por Statista en el que se muestra el número de trabajadores y trabajadoras totales del sector industrial español en los últimos años. Mientras que en 2008 eran más de 3.200.000 personas las que se dedicaban a alguna labor en este sector, en 2020 no llegamos ni siquiera a las 2.700.000. Las 500.000 que faltan o se encuentran en el paro o han tenido que reinventarse.

Nos hemos acostumbrado en España a que el sector industrial no nos deje buenas noticias, pero lo cierto es que no todo se puede ver con pesimismo. Hay datos que indican que las cosas van a mejor y precisamente de eso hemos estado hablando con los y las profesionales de Bonanza Motor. Según nos han indicado, el número de motores industriales que han reparado en el último año ha crecido, lo que no quiere decir que estas piezas funcionen peor, sino que, en el interior de nuestras fronteras, hay más movimiento industrial y se están generando empresas y puestos de trabajo que, por el simple hecho de encontrarse en funcionamiento, requieren más veces de un servicio como este.

No debemos mirar solo hacia el turismo y la hostelería

Está claro que, por la ubicación geográfica de nuestro país, debemos prever un espacio importante en nuestra economía para el turismo. En otro orden de cosas, a causa de nuestra manera de disfrutar del tiempo de ocio, debemos hacer lo propio con el sector de la hostelería. Se trata de dos actividades comerciales muy importantes que no podemos perder y que está claro que hay que incentivar en la medida de nuestras posibilidades.

Ahora bien, es necesario que no centremos todos los esfuerzos en esas dos actividades y que tengamos amplitud de miras. Diversificar la productividad de un país es clave para que, en momentos complicados, tengamos varias fuentes de ingresos. ¿Qué ha pasado durante el coronavirus? ¿Por qué España ha sufrido la peor parte de la crisis económica? La respuesta es por no diversificar. El coronavirus ha afectado principalmente a la movilidad de la gente, el turismo se ha resentido y para países como el nuestro, que viven en buena medida de eso, el desastre estaba asegurado. Lo mismo pasó en 2008 con la construcción. Es necesario que aprendamos de nuestros errores.

La industria debe tener un peso importante dentro de cualquier economía porque no solo permite emplear a miles de personas y hacer que el paro descienda, sino porque puede producir cosas que para nuestra sociedad sean perfectas: infraestructuras, vehículos… La industria hace que un país sea más eficiente. Y ya sabemos que, cuando la eficiencia es la que domina, que obtengamos beneficios es una simple cuestión de tiempo. La Historia nos lo ha demostrado una y otra vez y nosotros no podemos dar la espalda a eso.

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