Cada vez más personas tienen claro que las redes sociales son un elemento válido tanto para el presente como para el futuro de una empresa u organización. Aunque bien es cierto que el número de usuarios activos en Twitter cada vez es menor, redes como Facebook o Instagram no paran de crecer y son instrumentos a los que no debemos renunciar para potenciar nuestra imagen de marca, darle presencia nacional (o internacional) al negocio y fomentar la interacción con los usuarios.
Los jóvenes suelen ser, por regla general, los que mejor controlan todos estos instrumentos. Para los que somos más mayores y llevamos mucho tiempo dirigiendo nuestro negocio de una manera más tradicional es complicado el cambio que ha planteado la sociedad y el marketing actual y por eso quizá no tenemos las competencias necesarias para sacar todo el partido que para nuestra empresa puede otorgar la existencia de las redes sociales.
Tengo más de 50 años y creo que el advenimiento de todo lo que tiene que ver con marketing digital y redes sociales me pilla demasiado mayor. Regento un negocio de recambio de neumáticos y, desde hacía algunos años, mis allegados me recomendaban de manera constante que construyera mis perfiles en diferentes redes sociales, cosa que a mí no me terminaba de convencer y que, para ser sincero, no tenía ni idea de cómo conseguir.
Después de informarme al respecto, comencé a comprender la importancia del marketing digital y también del posicionamiento SEO. Muchos empresarios daban fe de la cantidad de beneficios que otorgaba tener una imagen en Internet y yo comencé a sentir que era necesario para mi negocio darle bola a todo lo que se refería a redes sociales y la red en general.
Pero, ¿cómo hacerlo? Mis conocimientos no eran suficientes y, de mis empleados, pocos podrían llevar a cabo una labor como la que pasaba a demandarse en el negocio. La solución consistía entonces en confiar en los mejores conocedores de la materia y ya había quien me había recomendado Publigar, una empresa que conseguiría que mi presencia en las redes fuera real y que el posicionamiento de las noticias relacionadas con mi negocio fuera efectivo.
Solo ponerme en contacto con estos profesionales me confirmó que ellos ya sabían lo que hacían. Me ofrecieron una buena gama de servicios para publicitar mi negocio y fue entonces cuando les hablé de las necesidades que tenía que construir mi imagen en Internet y las redes sociales. Desde Publigar, entonces, pusieron a mi disposición una completa diversidad de actividades como gestionar los futuros y nuevos perfiles de la tienda en Twitter, Instagram y Facebook.
Compromiso y efectividad
Desde el preciso instante en el que se crearon dichos perfiles empecé a sentir un cambio en el negocio. La interacción con los usuarios era clave para mantener una clientela fiel e incluso para ampliar el número de personas que acudían a mi negocio en busca de ayuda para el correcto recambio de sus neumáticos. A más personas, más dinero. Una premisa lógica que para mi tienda iba a funcionar.
Iba a funcionar porque, en un plazo de dos meses, los beneficios aumentaron en un 50%. Un milagro que había tratado de conseguir en muchas ocasiones pero que siempre me había esquivado. Y lo hubiera hecho si no hubiese encontrado Publigar. Daba la casualidad de que el nuevo modelo de negocio se encontraba en Internet, precisamente uno de los pocos aspectos que yo no controlaba en aquel momento. Podría haberlo intentado de la manera que hubiera querido. Pero no habría tenido ningún éxito sin Internet.
Ahora todo es diferente. Mi negocio, que como muchos otros venía de afrontar grandes dificultades derivadas de la crisis económica, se veía reforzado y preparado para afrontar el futuro inmediato y, por qué no decirlo, también el futuro a largo plazo. Esa carrera ya ha comenzado y lo ha hecho bien para nosotros. Nuestros beneficios son importantes y lo mejor de todo es que su carrera es ascendente. Mantener esa línea será determinante para hacer realidad un buen nivel de vida.