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Los mejores materiales para la industria de la construcción

Un material que no puede faltar en la industria de la construcción es el acero galvanizado. Se puede encontrar en las tuberías, soporte de vigas, techos, perfiles, señales de conducción, barreras de seguridad, escaleras exteriores, etc.

Es un acero que está recubierto de zinc. Los expertos apuestan por este material porque ofrece un gran aislamiento térmico y acústico. También es altamente resistente a la corrosión, por lo que aguanta muchos años sin oxidarse ni corroerse.

El acero galvanizado evita humedades y con él se consiguen estructuras sólidas, ya que no necesitan de mantenimiento y son duraderas. El acero se puede galvanizar mediante un proceso en frío o en caliente.

La Asociación Técnica Española de Galvanización (AETG), expertos en acero galvanizado desde 1965, explican que “un recubrimiento galvanizado de 80 micras de espesor puede durar hasta 100 años en ambiente rural, 40-100 años en ambiente urbano, 20-40 años en ambiente industrial y 10-20 años en entorno marino».

El acero galvanizado se puede mezclar con otros materiales como el aluminio. Es un material muy resistente a temperaturas altas, pero es aconsejable no exponerlo a temperaturas de más de 200°C.

Otra de las ventajas es que es un material respetuoso con el medio ambiente. El acero y el zinc son materiales reciclables y se pueden reutilizar varias veces sin que pierdan sus propiedades.

La industria de la construcción también utiliza el cobre. Es un metal resistente y que tiene capacidad para resistir golpes y fuerzas de empuje.

Se usa para fabricar cables, porque es muy maleable. Un dato muy curioso es que es el tercer metal más utilizado a nivel global, sólo por detrás del hierro y el aluminio.

Para llegar a los puntos de fusión y de ebullición, el cobre necesita temperaturas extremadamente altas, es decir, 1.085,62 y 2.562 grados centígrados, respectivamente.

Otro material que no puede faltar en la construcción es el aluminio. Este material es muy estable ante la oxidación y la corrosión, salvo en ambientes ácidos.

«El aluminio es un metal muy ligero con un peso específico de 2,7 g/cm3, un tercio el peso del acero. Su resistencia puede adaptarse a la aplicación que se desee, modificando la composición de su aleación», informa la Asociación Española del Aluminio.

Puede aumentar su resistencia uniéndolo con elementos como el cobre, manganeso y silicio. En la actualidad el aluminio se utiliza para ventanas, pero también para la construcción de cables, ya que permite transmitir la electricidad superior a 700.000 voltios.

El aluminio es fácil de fabricar y se puede tornear fácilmente a alta velocidad. Se puede fundir porque es flexible, así que con él se puede conseguir tubos, barras, láminas y hojas.

Se utiliza en luces LED, placas de computadoras y productos eléctricos, porque es un excelente conductor de calor y electricidad.

Debes saber que es respetuoso con el medio ambiente, porque puede ser reciclado en el 100%. Para reciclar el aluminio solo se consume el 5% de la energía que se necesita para extraerlo.

El acero inoxidable también está presente en muchas áreas como industrias de la construcción, mecánicas, alimentarias, químicas, etc.

Es una aleación que se compone de diversos elementos como el hierro, el carbono y el cromo. Es un perfecto conductor eléctrico y soporta una amplia variedad de condiciones térmicas sin oxidarse.

Además, es un material soldable, por lo que se puede modificar y adaptar a las necesidades de cada empresa. Gracias a su capacidad para doblarse, es posible conseguir mesas, estanterías y todo tipo de muebles de acero inoxidable.

También es bastante resistente a los golpes, por lo que dura mucho tiempo en perfectas condiciones. Este material es fácil de mantener limpio porque es liso y no poroso. Puedes limpiarlo con una esponja mojada en una solución de agua y jabón neutro.

El acero inoxidable no reacciona químicamente a los ácidos de los alimentos, por lo que no da ningún sabor metálico. Es perfectamente higiénico, ya que no se acumulan los gérmenes ni las bacterias.

No es poroso, por lo que no absorbe sustancias que puedan dejar manchas permanentes. Es un material que soporta una amplia variedad de condiciones térmicas sin oxidarse.

En fruterías, carnicerías o pescaderías se puede apreciar como el material es de acero inoxidable. Una de sus ventajas es que es resistente a la humedad, dura más tiempo y supone también un ahorro económico.

También tiene una alta resistencia calorífica, porque al estar en contacto con el fuego de la cocina no sufre ningún daño. Es muy utilizado en la fabricación de hornos mixtos, regeneradores, carros calientes, etc.

Las cocinas de restaurantes apuestan también por este material, porque es muy atractivo a la vista debido a su aspecto brillante y pulido.

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