En los últimos años, ha cobrado relevancia el alquiler vacacional de pisos particulares. Propietarios cuya vivienda está en desuso y a la que quieren sacar un rendimiento, destinan su propiedad al alojamiento de turistas. Las razones de los propietarios para decidir introducirse en este sector, pueden ser desde la propia desconfianza hacia inquilinos de larga estancia, hasta el negocio puro y duro. Invertir en el sector turístico puede ser más que rentable.
Independientemente de la razón particular de cada uno, este tipo de alquileres puede ofrecer una rentabilidad muy buena sobre una propiedad vacía. La demanda es creciente y el sector, está en auge.
Los expertos en la materia de Keyandrent, nos han contado los detalles de este tipo de gestión, así como los pormenores que pueden existir. Si bien es cierto que puede resultar un buen negocio o una mera fuente de ingresos extra, hay que tener en cuenta algunos detalles.
La contratación de un alquiler vacacional, es similar al de las casas rurales. La mayor diferencia estriba en que los alquileres vacacionales se dan indistintamente en zonas turísticas rurales o urbanas. De ahí, su atractivo: puedes alquilar un piso, estudio o vivienda más grande en las capitales sin incurrir en los gastos que supone un hotel. A parte de la libertad y comodidad de poder sentirte como en tu propia casa.
Estos pisos, ofrecen todas las comodidades, acceso libre durante el tiempo contratado y la disponibilidad de entrada y salida sin mayor norma que el respeto por la convivencia (suele haber vecinos, obviamente) y la propiedad ajena. Lejos de la frialdad de los hoteles o la mala calidad de los hostales más batatos, un piso vacacional es como estar en tu casa o la de un amigo o familiar.
En cuanto a los costes, siempre inferiores a los hoteles, el precio es cerrado, por día. No hay más gastos que los acordados entre cliente y propietario. La comida corre por cuenta del inquilino, lo que ofrece la posibilidad de llenar la nevera y no tener que buscar restaurante o recurrir al servicio de habitaciones. A fin de cuentas, cuando uno sale de viaje, la mayor inversión está en el alojamiento y las comidas. Comer fuera a diario, sale caro.
Razones para alquilar tu vivienda
Las razones para introducirse en este mercado, pueden ser varias. Como ya hemos comentado, desde la desconfianza por los alquileres comunes, hasta montar un negocio bastante lucrativo.
En cualquiera de los casos, si tienes propiedades deshabitadas, esta opción es bastante rentable y salvo los trámites que hay que hacer para legalizarla, poco engorrosa. La gestión puede hacerla el propietario, o relegar en las una de las plataformas que se encargan de todo.
Los pros de entrar en este mercado son varios, desde los pagos que son seguros hasta la disponibilidad de la vivienda cuando no este alquilada. O no alquilarla cuando la necesites.
En cuanto al sistema de pago, si todo se gestiona a través de una plataforma, como suele ocurrir, la garantía de cobro es absoluta. Algo que con el alquiler común puede no ser así. Las propias plataformas se encargan de que así sea. Los clientes, confían en la seguridad del alquiler y no temen pagar algo que puede ser una estafa.
Se trata de una decisión flexible y reversible. Puedes decidir cuándo poner tu vivienda en alquiler, cuando no o dejar de alquilarla en cualquier momento. EL propietario gestiona su agenda a su antojo. Eso sí, hay que cumplir en el caso de que alguien alquile.
La rentabilidad es mucho mayor que un alquiler normal. Al tratarse de periodos cortos o días, sube el precio notablemente. Por la misma razón, el piso sufre menos desgaste. Los huéspedes están de vacaciones, por lo que la casa es para disfrutarla en los ratos que estén en ella. Normalmente pasan más tiempo fuera haciendo turismo que dentro.
Tú casa siempre es tuya. Cuando no haya inquilinos, puedes estar en ella con total tranquilidad y sin tener que dar explicaciones a nadie. Si no quiere alquilar en un periodo en concreto como mencionábamos anteriormente, solo tienes que eliminar esas fechas en el calendario.
Realmente, es un método de rentabilizar la propiedad, bastante sencillo y cómodo. Si dispones de varias propiedades, el negocio puede dar muchos beneficios.
No hay que olvidar formalizar todo, tener las cuentas claras y a hacienda contenta. Los ingresos hay que declararlos y tener en cuenta la normativa correspondiente.
Motivos para no meterse en el negocio
A simple vista, parece que los inconvenientes no existan. Pero como todo en esta vida, tiene algunos. No son especialmente importantes pero hay que tener en cuenta los pormenores de alquilar una propiedad por razones vacacionales.
La falta de tiempo, ganas y dedicación pueden ser un obstáculo. La vivienda tiene que estar a punto siempre que vaya a haber inquilinos. A veces eso puede ser muy a menudo y de seguido: sale uno y entra otro. El tiempo que hay que dedicar a tener todo en orden va en función de la duración de cada alquiler.
El trato con el inquilino tiene que ser finalmente directo. La entrega de las llaves debe hacerse en la vivienda. En ese momento hay que explicarle como es la casa, si cuenta con instalaciones como aire acondicionado o bomba de calor, algún electrodoméstico que tenga funcionalidad especial o donde está todo lo necesario. Hay que ser un buen anfitrión y ya que estas, contarle donde están los lugares de moda o interesantes.
Limpieza y mantenimiento deben ser una constante entre alquiler y alquiler. Acondicionar el piso, reponer lo básico, etc. En la cocina siempre debe haber productos para el desayuno, la limpieza básica y menaje. En el baño, por lo menos que no falte el papel higiénico, toallas etc.
Otro factor que puede hacer que desistas de esta empresa, es la barrera lingüística: si no te defiendes con los idiomas, puedes tener dificultades para entender y hacerte entender.
Las cuestiones legales son para muchos, motivo de no lanzarse. La idea de que puede resultar engorroso o complicado puede echar para atrás esta sencilla idea de negocio. En realidad, no hay para tanto. Conocer la ley de arrendamientos urbanos, LAU, para los amigos; la normativa de cada comunidad si la hay y los deberes con Hacienda. En esta caso, no solo lo que hay que pagar, también lo que te puedes desgravar. La fiscalidad hay que tenerla en cuenta si no queremos disgustos.
Por qué elegir un piso turístico
Los huéspedes son los que al final tienen la sartén por el mango. Si no hay demanda, no hay oferta o si la hay pero ahí se va a quedar. Sin embargo, los gustos del turista cambian, sus preferencias, sus necesidades, etc. Cada vez gusta más viajar, por todo el mundo. Llegar a cualquier rincón del planeta es el fin de muchos y la necesidad de otros.
Antes, las vacaciones eran eso, vacaciones. Ese periodo veraniego en el que ibas a un sitio diferente, generalmente el pueblo o la playa de siempre. Los mas afortunados iban a un hotel o cambiaban de destino cada año.
Lo cierto es que hace unos años, viajar no era tan fácil como ahora. Las compañías aéreas tiran los precios de los billetes, el transporte por tierra cuenta con compañías low cost o puedes viajar en grupo en vehículos particulares.
Eso se traduce en una mayor movilidad y por tanto, mayor facilidad para viajar. El menor coste para realizar los desplazamientos y la versatilidad de los mismos, invita a viajar. Otro factor determinante, la flexibilidad del turista. Ahora se viaja en cualquier momento del año. No importa si es verano o invierno. Se juntan días libres y a conocer mundo.
Los alquileres vacacionales, son una solución para el viajero constante, el que tiene menos recursos o al que no le gustan los lujos del hotel. Reserva unos días aquí, otros días allá y en pocos días, con una inversión menor, ha visitado más lugares.
Para el inquilino los pros son prácticamente todo: flexibilidad, precio, variedad, etc. la comodidad de elegir desde casa y llegar a un lugar que lo tiene todo. La seguridad en el pago y la garantía que ofrece el servicio si está bien gestionado.
Incluso cuando se trata de viajes de trabajo, requieran o no estancias más prolongadas, este tipo de alquileres son muy demandados. Si tienes que trabajar en otra ciudad por unas semanas, recurrir a un alquiler vacacional en lugar de a un hotel, es una opción muy aceptada.
Tanto en los gastos, que como ya hemos comentado, son menores, como en la tranquilidad de estar en un espacio que bien puede ser como tu propia casa. A la hora de trabajar, la calidez de una vivienda, el confort y la serenidad, siempre son más beneficiosos que la frialdad que emanan los hoteles.
Para muchos un negocio; para otros, una forma de ver mundo ahorrando un poco. Son pocos los negocios que cuentan con más pros que contras para cualquiera de las partes. El alquiler vacacional es uno de ellos.