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Una (buena) imagen vale más que mil palabras

Eso dice el dicho, una imagen, vale más que mil palabras. El dicho tiene una gran parte de verdad, pero no resulta del todo cierto. Aunque si una sola imagen tiene el potencial mil palabras dentro de sí misma, sin duda, el objetivo de la misma, se habrá cumplido con creces. A veces una imagen hace que las palabras sean totalmente innecesarias. De acuerdo. En otras ocasiones, no obstante, son necesarias tantas explicaciones como matices o detalles ofrezca la imagen. Porque si hay algo cierto en esta vida, es que todo depende desde donde lo mires. La perspectiva, confiere diferentes valores a la situación, la imagen o el momento.

Pero ciertamente, la imagen, debe ser siempre lo mejor posible. Tanto a nivel personal como de empresa. Eso es justo de lo que vamos a hablar en este artículo, la imagen corporativa, su importancia y en que se fundamenta para cumplir con su misión. Tras consultar a los expertos en marketing digital de Digital Growth, hemos elaborado este post adentrándonos, en la importancia de esa imagen que debe mostrar lo que representa una empresa.

No es ningún secreto, la imagen es la seña de identidad y lo primero que se ve. En cuanto a imagen corporativa, se trata de un conjunto de elementos que identifican la marca, con la finalidad de generar una buena impresión a clientes y público en general. Al mismo tiempo que a los propios empleados o posibles candidatos. Una buena imagen corporativa, ha de transmitir confianza, profesionalidad, personalidad propia y, en general, buenas impresiones. Actualmente, esto tiene un nombre (¿y qué no?): Good vibes, en inglés.

Contar con una imagen de la compañía bien definida, ofrecerá a todos los niveles, grandes beneficios. Resulta fundamental trabajar esa identidad corporativa para la empresa, pensando en los clientes, el sector empresarial en el que se mueve, el público y al mismo tiempo, la propia marcar, teniendo en cuenta en este sentido tanto a los socios como a los empleados. Todas las partes implicadas, deben estar satisfechas y, a la vez, sentirse involucradas con el lugar de trabajo. De esta forma, se beneficia la imagen la marca y se implica a los trabajadores como embajadores de la misma. Esta más que probado que, una imagen corporativa inspiradora, aumenta la motivación y el reconocimiento del negocio para todos.

Por norma general, hacemos una asociación de la imagen corporativa con la empresa, cuando en realidad, no tiene por que ser de esa manera. El objetivo del diseño en general, es satisface las necesidades de comunicación visual y, comunicar el mensaje de la forma adecuada en la que se quiere transmitir al público objetivo.

Ya sea que se trate de una empresa, un logotipo para uso exclusivo y personal o, para un evento, la imagen corporativa es un elemento siempre importante y fundamental. Puede crearse una imagen potente para una gran multinacional o el branding adecuado para una fiesta especial de aniversario, con su logo, invitaciones, photocall y otros elementos. El objetivo elemental es siempre el mismo: transmitir la imagen y la historia que refleje los valores y la personalidad de quien lo porta, se trate de una empresa o una persona particular.

A tener en cuenta para definir esa imagen y que, valga más de mil palabras

En primer lugar, a la hora de ponerse a diseñar y definir la imagen y la marca de una empresa, ha que establecer correctamente una estrategia de diseño. Responder a cuestiones como el tipo de diseño que se debe aplicar, como ha de posicionarse la empresa o los colores a utilizar, son factores fundamentales para poder obtener el resultado deseado. Cada empresa tiene unas necesidades diferentes y unos valores propios.

Para hacer un buen diseño, es necesario conocer todo lo relativo a la empresa, los productos o servicios que ofrece, comprender sus procesos internos y externos, sus valores, su filosofía, etc. Un briefing bien hecho, va a permitir obtener estos datos e información que sirven para identificar las principales características que hay que tener en cuenta a la hora de hacer un buen diseño de imagen. Haciendo este trabajo previo, surgirán las ideas que conllevarán a la creación de un buen diseño y, por ende, una buena imagen corporativa.

Definida la estrategia de diseño a seguir y tras analizar bien el proyecto, llega el momento de aplicar un buen branding y empezar a definir todas y cada una de las acciones que hay que llevar a cabo: crear el logotipo, isotipo, imagotipo, pensar claims, las aplicaciones necesarias para cada tipo de formato, imagen y estrategia para la web, redes sociales, papelería, entre otros usos que tenga.

Contar con todos los elementos corporativos es algo que nos hace entender la importancia que tienen cada uno de ellos. A menudo son confundidos la identidad corporativa con el logotipo. Sin duda alguna, este último, es uno de esos elementos corporativos más importantes. Suele ser el más representativo y utilizado, pero todos los elementos a diseñar son relevantes, suman y hay que diseñarlos en función de la marca en general, con una visión global y no centrada únicamente en el logotipo.

Para que sea más fácil comprender este aspecto, pongamos por ejemplo marcas potentes y consolidadas. Si pensamos en ellas, nos percatamos en que todo lo que las rodea, ha sido analizado y pensado, no solo en el logotipo que las define, también en los colores, los eslóganes, la tipografía e incluso, las imágenes. Todo esta cuidadosamente elaborado y calculado para que la imagen corporativa de la empresa, se vea representada y reforzada.

Como muestra, pensemos en los colores identificativos de marcas como Cola Cao, el amarillo del bote, el rojo de su tapa son más potentes que el color del logotipo en cuestión. Apple cuenta con una imagen cuidada y sofisticada, cuya manzana mordida es por todos conocida. Esta identidad de que las marcas hacen gala, marca la fuerza de su identidad corporativa cuando se suman todos sus elementos. No solo se trata del logotipo, el packaging y el libreto de instrucciones, incluso el salvapantallas, forman parte de dicha imagen.

El resultado de un buen trabajo, es lograr una imagen corporativa de confianza que, transmita profesionalidad, personalidad y buenas sensaciones, algo que ya hemos comentado unos párrafos atrás.

Grandes multinacionales y empresas, no habrían sido capaces de alcanzar el éxito y mantenerlo de no haber sabido proteger su imagen corporativa. De haberla descuidado, su popularidad y atractivo, habrían menguado. Conseguir una buena reputación, no es fácil, pero mantenerla, lo es menos todavía. Parafraseando a Warren Buffett, gran inversor con visión de futuro, se tardan veinte años en construir una buena reputación, mientras que bastan solo cinco minutos para acabar con ella.

La importancia de cuidar la imagen corporativa, aumenta a medida que pasa el tiempo, ya que, cada vez existen más empresas, más competencia en el mercado que lucha por atraer a su público, valiéndose de una buena imagen corporativa que transmita su esencia y cale en ellos.

Son las marcas, firmas y empresas que logran que su imagen corporativa se consolidad, las que tienen el éxito, asegurado y son fácilmente reconocidas. Este impacto e incremento de notoriedad, se traduce en mayor captación de público y, por lo tanto, mayor flujo de ventas para la empresa.

Aspectos clave que nacen de una buena imagen corporativa

En primer lugar, el reconocimiento de la marca.

En segundo, refuerzo de la personalidad corporativa.

En tercero, refuerzo y transmisión de los valores empresariales.

En cuarto lugar, el orgullo que supone pertenecer a una marca que cuenta con valores y objetivos muy definidos.

En quinto lugar, se consigue que los usuarios o clientes de la marca se identifique con los valores de la empresa.

En sexto, una empresa que se preocupa por su imagen corporativa, genera y transmite confianza, organización y profesionalidad.

En séptimo puesto, se logra un incremento de la fidelización hacia la empresa.

En octavo lugar, se hace identificable el producto de la compañía.

En la novena posición, una buena imagen corporativa, permite implantar estrategias y evaluar los resultados.

Por último, se establece un vinculo emocional. Las empresas y marcas buscan la conexión emocional con los clientes, como ejemplo tomemos, a Coca Cola o el sorteo de la Lotería de Navidad y sus anuncios.

Para finalizar, matizar la diferencia entre dos conceptos que van tan de la mano que se diluyen, por los puntos que tienen en común: la imagen y la identidad corporativa. La primera, es lo que percibe el consumidor respecto a la marca o empresa; la segunda, consiste en el conjunto de elementos que elige la empresa para definir sus valores.

De este modo, se entiende que la imagen que tiene la audiencia o clientes de una marca, varía en función de la identidad que la empresa posee y proyecta hacia el exterior.

Todos sentimos como algunas imágenes corporativas acaparan nuestra atención, en tanto que otras, nos dejan indiferente. Marcas que nos gustan por lo que representan y eso se ve reflejado claramente en su imagen, el logo, los colores y los productos que ofrecen. A fin de cuentas, una buena imagen, si, vale mas que mil palabras.

 

 

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