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Inteligencia Emocional para Emprendedores

Ya rezaba inscrito en el oráculo de Delfos el aforismo “Conócete a ti mismo” , y es que ya los filósofos y grandes pensadores de la Antigüedad tenían muy presente lo importante que es eso de mirar en el interior. La fama de esta frase se esparce en la obra de numerosos autores griegos, pero sin duda es Platón al que le debemos su mayor difusión, al utilizarla en varios de sus diálogos como un llamado a la filosofía. Sócrates en un par de ocasiones exhorta a primero ocuparse del conocimiento de sí mismo antes de tratar de penetrar en los misterios de la mitología y los dioses. La Inteligencia Emocional ha llegado a decirnos prácticamente lo mismo, que debemos fijarnos qué emociones te provocan determinados acontecimientos, y una vez determinadas, aprender a controlarlas

Así, muchos creemos saber escuchar y, sin embargo, a la hora de la verdad estamos muy lejos de verdaderamente escuchar a otros. La capacidad de saber escuchar a los demás, de hecho, es fundamental a la hora de ser un buen empresario y clave si queremos llevar una negociación a buen puerto.

Debemos saber escuchar a nuestro equipo de trabajo y a todos quienes nos encontramos sean clientes o inversores. Saber escuchar puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso a la hora de llevar una nueva idea adelante.

Y es que, con saber escuchar no se trata de poner los oídos y listo, debemos de tener una actitud paciente, escuchar supone apoyar y mostrar empatía. Hacer preguntas que demuestren nuestro interés por el tema que se está tratando. Estar realmente presente en cada conversación, mostrando así respeto a nuestros interlocutores.

Muchos emprendedores imbuidos en el estrés del día a día y en la interminable lista de tareas se olvidan de saber escuchar, lo que lleva a mal entendidos y, en algunas ocasiones, a verdaderos problemas.

Otra de las claves que nos enseña la Inteligencia Emocional y muy útil para quienes se encuentran emprendiendo una idea, es la importancia de la motivación y el optimismo.

Una persona con alta Inteligencia Emocional sabe reconocer su estado de ánimo, pero también tiene la claridad y certeza de que es algo puntual que pasará, por lo que no debe dejarse llevar por esa emoción sino aceptarla y dejarla ir para poder empezar a pensar con claridad.

Otra cualidad fundamental de las personas con alta Inteligencia Emocional es la de saberse poner en la piel del otro, lo que también se conoce como personas empáticas.

De hecho, saber lo que quiere el otro es clave para adelantarnos a las cosas y pronosticar aquello que pueden necesitar nuestros clientes.

Así, todas estas características, ser una persona comunicativa, saber escuchar, buscar el lado bueno de las cosas.

Perseverancia, el principal rasgo de las Personas exitosas

Ahora bien, si algo tienen en común emprendedores de gran éxito además de una alta Inteligencia Emocional es que todos ellos comparten uno de los principales rasgos de quien se conoce a sí mismo, la perseverancia.

Todo empresario con cierto bagaje, termina por reconocer que, la vida empresarial, como la propia vida está llena de momentos de “prueba y error”, fracasos eventuales que para nada suponen un verdadero fracaso.

Ese es el auténtico poder de las personas perseverantes, que pese al riesgo y a haber caído mil veces se vuelven a levantar. Una especie de Ave Fénix imparable que sabe, que el fracaso es una parte fundamental del proceso hacia el éxito.

Esa resiliencia los convierte en auténticos héroes del emprendimiento. Esa tenacidad es la capacidad para seguir adelante a pesar de todos los obstáculos, dificultades, desánimo, aburrimiento, frustración o los propios deseos de rendirse.

No hay Éxito sin Perseverancia

Si bien una de las cualidades de la Inteligencia Emocional que más me interesaban aplicadas al Emprendimiento es la Perseverancia.

Mi interés por profundizar en las diferentes historias de éxito de diferentes emprendedores y su relación con la perseverancia me llevó a un interesantísimo congreso sobre el tema en Sevilla. Me alojé como siempre en Mercer Sevilla, un hotel en el que siempre me relajo como en ningún otro lugar y en el que se me ocurren las mejores ideas.

En el congreso nos recordaron ejemplos de perseverancia como el propio Thomas Edison, quien tuvo que experimentar 1000 fracasos, antes de inventar la bombilla eléctrica. Dijo que “el genio es un 99% transpiración y un 1% inspiración”.

Según numerosos estudios, al parecer, las personas que más autoestima tienen suelen ser las más perseverantes, ya que tienen más confianza en su capacidad para tener éxito. Además, las personas con autoestima alta son mejores a la hora de decidir cuándo persistir y cuándo abandonar.

Aunque, también se nos recordó que la perseverancia no garantiza el éxito, es imposible tener éxito sin perseverancia.

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