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Las ventajas de instalar una caldera de gas

¿Estás pensando en cambiar el sistema de calefacción o de agua caliente de tu casa? ¿Te has comprado una casa y necesitas instalar una caldera? En este artículo vamos a hablar de las calderas de gas, que son aquellas que calientan el agua de nuestras casas utilizando el gas natural como combustible. Su funcionamiento es muy sencillo, este gas que recibimos de las empresas de suministros es quemado en la caldera que hay instalada en nuestra casa para así obtener el agua caliente y también activar la calefacción.

Las ventajas de este tipo de aparatos, que podemos comprar fácilmente en cualquier empresa, son las siguientes:

– A diferencia de otro tipo de calderas como las de gas propano o gasoil, en las de gas natural no es necesario que tengamos un depósito al lado de la caldera donde almacenar ese combustible, por lo que el ahorro de espacio es considerable. Asimismo, este tipo de calderas suelen ser también de menor tamaño.

– En cuanto al precio, las hay de diferentes tipos, más altos y más bajos. Todo depende de la calidad que queramos pagar y también de la marca, pero por lo general resultan más económicas tanto en su instalación como a la larga en su consumo. Las hay baratas, desde unos 500 euros, hasta a partir de 1.000, que es el gasto que rondan las buenas y duraderas.

– Relacionado con el ahorro económico, hay que apuntar también que los costes de este tipo de suministros son más baratos que por ejemplo el gasto necesario de luz para calentar el agua y la casa con otros sistemas como los termos eléctricos.

– La durabilidad como apuntábamos antes es otra de sus ventajas. Si hacemos un buen mantenimiento de la misma, es decir, si la revisamos y la limpiamos cada año, así como también purgamos los radiadores, podemos alargar la vida de este tipo de aparatos durante bastante más de una década.

– No se acaba el agua. Esta es otra de las preocupaciones de las familias de varios miembros, donde son varios los que necesitan de este suministro para ducharse, por ejemplo. A diferencia de los termos eléctricos de agua donde se calientan los litros concretos de su capacidad y el agua caliente se termina en cuanto se consumen, aquí el circuito no deja de funcionar y siempre tenemos la temperatura, por lo que podemos hacer una ducha tras otra sin miedo a que se acabe el agua caliente y tener incluso para seguir fregando después o cualquier otro uso.

– Al hilo de lo que decíamos en el anterior punto, debemos también apuntar que son un sistema relativamente rápido para calentar la casa, así como sencillo.

– Son además un sistema muy limpio de calefacción de calentamiento del agua, ya que no emiten residuos a la atmósfera ni contamina como otro tipo de mecanismos, por lo que seremos también muy respetuosos con el medio ambiente si nos decantamos por este tipo de servicios.

–  Asimismo, las calderas de gas natural, también conocido como gas ciudad, son muy cómodas, ya que permiten regular el consumo gracias al termostato y al contador, así como programar la temperatura en función de nuestras necesidades. Esta es una de las principales ventajas. A diferencia por ejemplo de la calefacción central que tienen muchos edificios, con las calderas de gas natural cada propietario decide lo que quiere gastar y cuándo, ya que puede elegir el horario que mejor le conviene para utilizar este servicio. Esta es una de las principales ventajas de la calefacción individual, ya que no se desperdicia calor en las horas del día en las que está encendida y no estamos en casa y tampoco pasamos frío cuando nos encontramos dentro pero la tenemos apagada para todos los vecinos. En un edificio hay muchos habitantes y lo más lógico es que no todos compartan el mismo tipo de horarios de trabajo, estudio o simplemente de rutinas de salir a la calle.

– Por otro lado, podemos programarlas también para que la calefacción se encienda y se apague cuando nosotros deseemos, así es sencillo preparar el sistema para que tenga la casa caliente para nuestra llegada del trabajo o de los niños del colegio, por ejemplo.

– Además, no produce un calor sofocante y tampoco se detectan cambios bruscos de temperatura.

– Este tipo de suministros de gas son continuos, es decir, que a diferencia de lo que sucede con otros sistemas como las calderas de gasoil, no necesitamos estar pendientes de si tenemos o no recursos suficientes en el depósito de combustible.

– El cambio de cualquier otro tipo de sistema de climatización o calentamiento de agua a gas natural es muy sencillo y normalmente pueden reutilizarse algunos de los aparatos y simplemente se precisa de un cambio de quemador si lo demás está en un buen estado.

– Por último, el gas natural, a diferencia de otros gases combustibles, es más liviano que el aire y se disipa más fácilmente en la atmósfera, por lo que es mucho más seguro.

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