Iría en nuestra contra no darnos cuenta de algunas de las características que rodean a un país como lo es el nuestro. No sería en absoluto de ayuda que se produjera una cuestión como esta en los momentos en los que nos movemos. Y debemos saber que, en un país como el nuestro, se obvian demasiadas cuestiones contra las que deberíamos lidiar y ante las que nos deberíamos preparar. Desde luego, eso sería clave para prevenir cualquier tipo de problema que nos pueda asolar a medio o a largo plazo. Y es que no podemos dejar las cosas a medio hacer para quedar sujetos a posibles sorpresas que puedan generar problemas.
Sería una necedad, entrando en detalles más concretos, no darnos cuenta del problema de envejecimiento que tiene un país como el nuestro. Tenemos un problema de la máxima gravedad con las pensiones y no solo con ello. Si tenemos muchas personas mayores y cada vez menos gente en edad de trabajar, ¿cómo se va a mantener la industria y el tejido productivo de este país? Es algo que debemos solucionar desde ya porque, de lo contrario, es evidente que España perderá potencia en lo que tiene que ver con el mercado a largo plazo.
Pero el propósito de este artículo es de centrarnos más en la vida que les espera a esas personas que ya van camino de ser mayores. Si ese tipo de personas no cuenta con los servicios que les son necesarios a los grupos de población de más edad, es evidente que van a tener una gran cantidad de problemas de salud que pueden amargarles una vejez en la que se han ganado a pulso el poder vivir una vida tranquila y en la que no les asolen los problemas.
Una noticia que fue publicada en el portal web 65 y Más indicaba que la población que es mayor de 65 años había alcanzado, en el mes de junio del año pasado, un récord histórico en nuestro país. El porcentaje de gente que superaba esa edad en España era del 19’4%. O lo que es lo mismo: una de cada cinco personas de nuestro país es mayor de 65 años. Está claro que este no es un buen síntoma de futuro. Pero también es evidente que hay que mejorar, implementar y reforzar los servicios que se le prestan a la tercera edad en los tiempos que corren porque si no, antes de que nos demos cuenta, no podremos hacer frente a sus demandas.
Otra información, en este caso desvelada por el portal web Statista, informaba de la evolución que ha seguido el número de personas de edad superior a los 65 años en un país como el nuestro. En el año 2007, ese número era de 7’41 millones de personas, mientras que en el año 2019 ya había ascendido a los 9’12 millones de personas. Es decir, 1.700.000 personas ya han superado esa cifra. Y la verdad es que esto va a seguir creciendo si tenemos en cuenta que la generación del Baby Boom, que surgió en los años 60, está muy próxima de esa edad.
Teniendo en cuenta el gran volumen de población que empieza a tener una edad bastante elevada en nuestro país, es obvio que se hace imprescindible que en nuestra empresa empiecen a constituirse empresas que pongan el foco en las personas mayores y que les brinden todos los servicios que sean necesarios para que sigan su vida con la menor cantidad de problemas posible. Empresas como lo son, a fin de cuentas, las residencias de ancianos, tienen que ser más habituales en el futuro. Y la verdad es que tenemos la suerte de que parece que así está siendo a lo largo y ancho del territorio nacional. Eso lo están notando los profesionales de una entidad como lo es Cuidaria, dedicada a la venta de camas articuladas con patas, grúas para enfermos y un largo etcétera. Estos trabajadores nos han comentado que, en el último lustro, se ha multiplicado el número de residencias de nueva fundación que les han pedido, como mínimo, algún presupuesto.
Una inversión de futuro
Está claro que, para las empresas como las residencias de ancianos, es una inversión de futuro apostar por este tipo de maquinaria. Le van a dar uso más tarde o más temprano y la verdad es que su sola presencia puede hacer que muchas familias confíen en ella a la hora de trasladar hasta allí a sus mayores. Desde luego, hay que beneficiarse de los progresos que nos apota la tecnología y, en efecto, el que venimos comentando es uno de los más evidentes. Es uno de los argumentos que puede contribuir al éxito de una residencia y, por ende, a su rentabilidad