Tengo una pequeñita pero muy bonita tienda de ropa de mujer en un pueblecito de la Comunidad Valenciana, y desde hace poco tengo también una bonita página web que me sirve de escaparate en Internet para dar a conocer mis artículos al mundo. Pues, algunos de los modelos que proponemos a la venta son de diseño exclusivo ya que los dibujamos y confeccionamos unas tres modistas y yo en el taller que linda la tienda. ¡Gustan mucho! Esta pequeña notoriedad se la debo en parte a IBS, una estupenda empresa de diseño y creación de páginas web ubicada en Valencia que cuenta con más de 11 años de experiencia en el desarrollo web para empresas, programación de aplicaciones y mantenimiento informático en La Eliana. Hoy en día, hay que reconocer que si no tienes presencia en Internet… ¡pues no existes! Y al vivir en un pueblo, la verdad es que la cosa se complica un poco más.
A pesar de todo, yo tengo mis fieles clientas de toda la vida que vienen, no sólo de mi pueblo sino también de los diversos municipios que conforman la comarca, a visitar mi tienda y a comprarme vestidos, faldas, pantalones, suéteres, blusas, etc., así como todo tipo de complementos: zapatos, cinturones, fulares, sombreros, bolsos, etc., cada temporada o cuando encalle porque les gusta a ellas también estar a la última y lucir prendas únicas. Pues, vestir a la moda, ya no es un lujo reservado únicamente a las bellas damas de la capital. En la actualidad, con todos los avances que ha habido estas últimas décadas y con la globalización (que tiene sus buenas y malas cosas) ya no hace falta vivir en una gran ciudad para estar al corriente de las últimas tendencias y de lo que sucede fuera de los arrabales abiertos al campo (¡es una imagen!). Porque de paletos –como algunos nos quieren seguir pintando– ¡no tenemos nada los pueblerinos! Vivir en el mundo rural es, de hecho, en muchos de los casos actuales una verdadera elección largamente madurada y reflexionada…
¿Más ventajas que desventajas al vivir en un pueblo? Cada cual que opine…
En efecto, es una realidad que el hecho de vivir en un pueblo tiene sus desventajas pero yo diría que como en cualquier otro lugar (lo que generalmente predomina aquí es la escasez de puestos de trabajo, sobre todo para los jóvenes, la falta a veces de instituciones, etc.), aunque ello depende igualmente del tamaño del pueblo. No obstante, por mi parte con tan sólo estar en contacto con la naturaleza, por la tranquilidad que me aporta, por el aire que respiro, por la independencia que me proporciona y porque es mi lugar de nacimiento, ¡yo no lo cambiaría por ninguno otro lugar del mundo! Además, aquí conozco a todo el mundo: los abuelos, padres, hijos, nietos y… ¡hasta algunos bisnietos! Creo que en los pueblos hay más solidaridad que en las ciudades al conocerse la gente.
Cuando caes enfermo/a o necesitas ayuda para cualquier cosa, enseguida vienen tus amigos, vecinos o simplemente conocidos para echarte una mano. ¡De ello doy fe! Lo pude comprobar cuando me rompí la cadera y que pasó casi todo el pueblo por mi casa para ver si necesitaba ayuda, tanto para la limpieza de la casa o de mi tienda, como para hacerme las compras, etc. Yo diría que este tipo de cosas pocas veces tienen que ocurrir en las grandes ciudades en las que la gente ni siquiera conoce a su vecino y en la que se pasa todo el día corriendo y sin mirar a nadie. De hecho, cuando he tenido que ir a la capital por alguna que otra razón, siempre me ha llamado la atención la cara de mala leche o de seriedad casi mortífera que pone la gente en el metro o en el autobús. ¡Da mal rollo! Aunque, supongo que también habrá de todo como en todas partes.
En fin… Volviendo a lo nuestro. Para que tu comercio llegue a un máximo de personas posibles, te aseguro que hay que recurrir a Internet. Por ello, me dirigí a la empresa IBS para que creara, diseñara y estandarizara una bonita página web para mi tienda de ropa de mujer. Supieron a la perfección averiguar mis necesidades y convertir mis problemas en soluciones eficaces y eficientes.