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¿Vale la pena adquirir un coche de segunda mano?

La tendencia de los últimos años apunta a que, cada vez con más frecuencia, la gente escoge comprar coches de segunda mano antes que adquirir vehículos nuevos del concesionario. De hecho, la venta de vehículos de ocasión está a punto de superar a la venta de coches nuevos.

Uno de los principales motivos es la posibilidad de conseguir el coche que quieres pero a un precio más económico al ser de segunda mano ya provenga de un particular, del renting o de kilometraje cero de un concesionario.

Las ventajas del renting

El renting consiste en el alquiler de un coche por un tiempo determinado que, cuando concluye, implica la devolución del vehículo a la empresa que lo ha alquilado. Es decir, se trata de un alquiler de coches sin opción a compra. Es una opción con claras ventajas para quienes les gusta de cambiar de coche a menudo o incluso una ocasión para personas que quieren probar un determinado modelo durante un periodo de tiempo para poder decidir si comprarlo o no.

También es habitual que las empresas escojan recurrir al renting de coches (u otro tipo de vehículos) en lugar de optar por la compra, ya que cuenta con ventajas fiscales además de ser una opción menos arriesgada en especial en los casos de empresas recién creadas.

Por otro lado, los riesgos de acceder a vehículos de ocasión procedentes de renting son apenas existentes, ya que la empresa de renting tiene la obligación de presentar un informe que asegure el buen estado del coche.

Este informe incluye datos como la garantía mecánica y los kilómetros realizados de forma que podrás comprobar que la relación calidad/precio a la hora de comprar coches de renting es de las mejores que se pueden encontrar en el mercado hoy día. Es más, al adquirir coches de renting se obtienen más garantías que comprando coches de segunda mano a particulares donde solo nos queda la confianza en la honradez del vendedor para no tener sorpresas desagradables.

Incluso, aunque no es lo habitual, algunas empresas de renting de vehículos te permiten comprar el coche cuando finaliza el contrato. De esta manera, estarás adquiriendo el coche que has estado conduciendo durante los últimos años y del que conoces todas sus características.

Eso sí, si decides contratar un coche de renting y tienes intención de poder quedarte con el vehículo en el caso de que te guste, debes informarte primero acerca de si la empresa cuenta con esta posibilidad.

Factores de debemos tomar en cuenta para hacer una buena compra

El mercado de vehículos usados tiene ofertas muy tentadoras. Es cierto que muchos creen que comprar un coche de segunda mano es pagar por los problemas de otro”; lamentablemente, algunos “profesionales” de dudosa moral han hecho mucho daño a este sector… Pero, con estos sencillos trucos, será difícil que te den “gato por liebre.” Así, una vez te hayas decidido por un modelo concreto y hayas localizado algunos “candidatos”, los expertos en el área de Autos Virgen de Belén te recomiendan seguir estos pasos para acertar en tu decisión:

Kilometraje y uso limitado

Uno de los principales factores que tenemos que tener en cuenta a la hora de comprar coches o vehículos de renting en ocasión es que estos tienen un kilometraje limitado anual, es decir, que quien haya alquilado uno de estos coches no ha podido superar este límite sin tener que pagar una penalización. Esta característica del renting de vehículos nos asegura que los coches procedentes de renting en venta no han sido sobreexplotados y que, por lo tanto, no deben presentar motores, ruedas y el resto de elementos gastados en exceso.

Además, el mantenimiento del vehículo de renting es realizado por la propia empresa en los talleres escogidos lo que también nos garantiza que ha recibido los arreglos y cuidados mecánicos apropiados así como revisiones periódicas a menudo. De hecho, un coche procedente de renting que haya tenido un conductor muy cuidadoso y que apenas haya hecho kilómetros no tendrá muchas diferencias en el rendimiento respecto a un coche recién salido de la fábrica.

Vida útil

Una vez que sabemos los datos anteriores y teniendo en cuenta que los contratos vinculados a vehículos de renting tienen una duración de dos a cinco años como media y que un coche suele tener una vida útil de doce años, es posible que un vehículo de renting pueda durar en torno a ocho o diez años dependiendo de los cuidados y el trato que le des. En efecto, es mucho más recomendable adquirir coches de renting en venta que aquellos que proceden del alquiler de vehículos usual ya que estos últimos han sido conducidos por varias personas mientras que los de renting solo han tenido un conductor.

La opinión del dueño

Parte del deber que tiene el que quiere comprar un coche de segunda mano es hablar con el vendedor e intentar recaudar toda la información posible sobre el vehículo.

Hablando con el vendedor podremos averiguar si es una persona cuidadosa con el coche o no, por qué lo vende, si es su primer propietario…

Por ejemplo, algunas preguntas clave que puedes hacer son

  • ¿Por qué vende el vehículo?
  • ¿Cuántos propietarios ha tenido?
  • ¿Ha sufrido accidentes graves?
  • ¿Tiene el libro de asistencia con las revisiones selladas?
  • ¿El coche “duerme” en garaje?
  • ¿Hay facturas de las posibles reparaciones? ¿Te deja verlas?

El estado del coche

  • Lo primero que debes hacer es mirar el exterior del automóvil; comprueba si tiene golpes. Los arañazos y pequeñas abolladuras de aparcamiento no deben desanimarte a la hora de comprar un coche: te servirán como arma para negociar el precio, pero no significan nada grave.
  • Busca asimetrías en la carrocería. Si un faro está más bajo, si el parachoques tiene más hueco entre él y la aleta en un lado que en otro o si el capó ajusta más por un lateral… nos indica que hay un golpe mal reparado; eso sí debe ponernos en alerta.
  • Comprueba todas las luces, pilotos, molduras… Desconfía de los coches que equipan las tulipas traseras tipo “tuning”, a veces se montan tras un accidente, ya que son más baratasque las originales.
  • Abre el capó y revisa los anclajes de los faros, los puntales delanteros y los soportes de los amortiguadores. Si la soldadura de uno de los puntales es distinta a la del opuesto, puede haber sido reparado.
  • Ya que estás en el vano motor, comprueba si hay fugas de aceite, si la mecánica está demasiado limpia o demasiado sucia…
  • Pide al propietario que ponga en marcha el coche. Observa si en el proceso de arranque el propulsor traquetea demasiado: podría indicar que algún soporte de motor está roto.
  • Con el motor encendido, pide al propietario que gire la dirección a un extremo y al otro. Si oyes una especie de gruñido, puede deberse a un nivel de líquido de la servodirección bajo, lo cual indica una fuga en el sistema de asistencia. Si se oyen chirridos, normalmente se debe a una correa de auxiliares en mal estado o destensada.
  • Con la dirección hacia un lado, revisa el estado de los guardapolvos de los palieres y las rótulas de la dirección, los tacos de los trapecios, etc. Unas gomas agrietadas o rotas te indican el kilometraje real del coche.
  • Examina los discos de freno; si tienen un borde brillante y en relieve, indican un alto desgaste. Si el coche no tiene muchos kilómetros y los discos están muy desgastados, normalmente significa que el conductor abusa demasiado del freno o que circula a mucha velocidad.
  • El maletero también es un lugar para investigar. Si la moqueta está muy gastada o sucia, es que el coche suele circular muy cargado. Levanta la alfombra y mira el hueco de la rueda de repuesto. Si hay humedades, óxidos, etc… puede indicarte que el maletero no cierra bien o que entra agua por un piloto trasero, lo cual puede ser consecuencia de un golpe mal reparado. Comprueba que conserva el gato y las herramientas típicas (llave de ruedas, tuerca antirrobo, gato, destornillador…) que vienen con el coche.
  • En el habitáculo, mira debajo de los asientos y alfombras. Si hay cristales, puede ser por un intento de robo o por un accidente: pregunta al propietario.
  • Revisa el funcionamiento de todos los sistemas eléctricos del coche. Acciona las ventanillas, los asientos con este sistema de regulación, el aire acondicionado, los limpiaparabrisas y todos los accesorios que monte la unidad en cuestión.
  • Busca incoherencias. Si marca pocos kilómetros, pero el volante, pomo del cambio y pedales tienen mucho desgaste, desconfía. Por ejemplo, si el pedal del embrague muestra un desgaste más acusado por el lado izquierdo, puede ser que el conductor suela llevar el pie descansando sobre ese pedal. Esto habrá dejado huella en el embrague y es una reparación cara.
  • Ahora que el motor está caliente, quita la tapa de llenado de aceite con cuidado y comprueba si sale humo. Pon la mano y, si se genera mucha presión… malas noticias. El motor tiene desgaste y hace que la compresión del cilindro pase al cárter y, por la ventilación, suba hasta la tapa de balancines. En esta caso, busca otro coche.

 

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