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La importancia de los abogados de empresa

Contar con una cobertura legal de garantías es un requisito imprescindible para cualquier tipo de negocio, independientemente de su tamaño, su número de empleados o su volumen de facturación. Según indican desde Agarte Abogados, bufete de abogados de Sevilla con amplia experiencia en el sector, una firma experta en derecho civil y mercantil está en disposición de proveer de respaldo legal a la empresa en cuestiones como la propiedad horizontal, las servidumbres corporativas, los contratos, asuntos de herencias y testamentos, indemnizaciones por responsabilidad contractual y extracontractual, la constitución, disolución y transformación de sociedades, la ampliación y reducción de capital social, la elaboración y la reforma de estatutos, el asesoramiento y la gestión fiscal, el asesoramiento y la gestión laboral, la contabilidad empresarial, los servicios de igualas a empresas, etcétera.

De hecho, el mercado laboral del abogado se está adaptando a esta vicisitud, puesto que la figura del abogado único adscrito al gabinete jurídico de una empresa es una opción al alza para los juristas, impulsado además por la caída en las contrataciones o incluso la reducción de personal que afecta a los despachos de abogados tradicionales. Integrarse directamente en la plantilla y la estructura de una compañía permite a estos abogados de empresa ofrecer a sus clientes una respuesta técnica, estudiada e inmediata a sus necesidades legales, ajustadas además al milímetro gracias a que el abogado forma parte misma del negocio y conoce sus precedentes, interioridades y sus proyectos de futuro de primera mano. No se trata, en cualquier caso, de abogados primerizos con las vías de promoción cortadas o en busca de su primera aventura en el terreno. El perfil profesional de este tipo de abogados de empresa suele responder al de un abogado con amplia experiencia pero que encuentra enormes dificultades para la promoción laboral en su firma de abogados y que, en base a sus conocimientos en derecho mercantil o por su atracción hacia el mundo de los negocios, decide abrir una nueva ruta laboral en los gabinetes jurídicos de la empresa aun a riesgo de ver reducido su nivel de ingresos habitual.

«El mercado legal ha cambiado significativamente desde los últimos seis años aproximadamente, pues, coincidiendo con la recesión económica de España, por una parte, las empresas decidieron no contratar y reducir sus plantillas de abogados entre 2008 y 2012, y los despachos redujeron de forma muy considerable sus contrataciones de abogados desde 2010, y lo siguen haciendo. Por otra parte, desde 2013 en nuestra experiencia, las empresas ya volvieron a contratar abogados, siempre con cautela, y los despachos lo han retomado en 2014 ante las operaciones que empiezan a aparecer en el mercado y otras que se vislumbran», declaraba al respecto Silvia Pérez-Navarro, socia directora de la red de profesionales del asesoramiento jurídico Interlegis Advocats, al portal temático legaltoday.com.

«La realidad económica te obliga a ser más comercial, sea en el sector jurídico y en todos. En especial aquellos despachos que desean ver un crecimiento más rápido de negocio son los que principalmente buscan un perfil con habilidades de networking», destacaba además Pérez-Navarro acerca de esa especialización necesaria en el sector comercial.

El mundo empresarial, por su parte, acoge con entusiasmo esta incorporación directa del despacho de abogados a la estructura del negocio. De acuerdo con datos de la consultoría de gestión, tecnología y outsourcing Accenture, la mitad de los directivos indica que los abogados de empresa se consideran un activo útil para incentivar el crecimiento rentable a largo plazo debido a su capacidad para ocuparse de la gestión del riesgo corporativo. Una medida, por tanto, que se considera como un factor de impulso para las ventajas preexistentes en la entidad y que se añade a la mejor capacidad de respuesta y a la calidad de los datos que implica su disponibilidad directa y su trabajo diario en el seno de la empresa. Por lo general, el cometido al que deben hacer frente estos abogados de empresa responde a la reducción de los costes que acarrea la actividad económica de la firma, la evaluación, el análisis y la búsqueda de soluciones para los riesgos relacionados con la estrategia global de la empresa, la oferta de respuestas a las exigencias normativas contempladas por la legislación vigente, así como la optimización las capacidades de la empresa en cuanto a las demandas fiscales y laborales.

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